mayo 03, 2011

"ella me espera siempre afuera"



El discurso de Jacob frente al pescado frito, así se llamo la abstracción total de un joven destrozado por la pasta básica de cocaína cuando decidió levantarse del círculo de desconocidos en el que se encontraba hace ya varios años. Supongo para llamar la atención, será que uno por momentos despierta y cree poder darse cuenta de la putrefacción que lo invade, es que a la vera del rio se está mejor dicen, pero hay un animal muerto, y palmeras no, palmeras no hay, ratas si, muchas. a veces vamos a las cabañas que sin orden se construyen para guarecerse de la oscuridad y todo es tan etéreo que nos terminamos fundiendo en humo de resurrección, en el vapor sagrado manando del cuerpo que democráticamente formamos todos juntos, algunos cuentan chistes otros nunca hablan, casi siempre cae un nuevo y como producto de su larga caminata trae una botella y se pone a bailar, a veces tan solo nos miramos y seguimos esperando que alguien dispare primero, y ese muchacho raro que nunca hablaba se levantó y comenzó a hablar, su voz que creíamos tan dulce no lo era, era como si nos hablara una tumba, bueno si alguna vez has oído a una tumba, sabrás también lo del aliento, pero eso es otro chisme. Y dijo muchachos, yo me sé muerto pero estoy cansado, estoy solo pero tengo dos hijos que me lloran y una mujer que espera fielmente los golpes de toda la semana, le llevo reventando la crisma por varios años, pero ahí está, me sigue, es una madre todos saben, y gasta su existencia alimentando a mis hijos que son dos y harto me quieren aunque sepan del padre alcohólico violento y pastómano, eso es lo de menos, pero recuerdo que mi padre también era un borracho que llegaba cantando huaynos a pegarle a mi mamá y se llevaba el dinero de las ventas del día y teníamos hambre, como hambre también tengo ahora que estoy tocando la lucidez de la que me creí privado, que es como la mano de dios que te toca y ves el rio partirse en dos, ya saben que llega el día en que uno tiene que salir, que esta vida no es vida, esta existencia nos está matando muchachos, yo quiero que mis hijos no sean como yo, se sufre mucho ser como yo, se sufre mucho ir a ver a mi mujer y querer que no le duelan los golpes que le doy y que a veces tanto me duelen a mí y después ver a mis hijos llorar y que no me quieran abrazar en las mañanas y mi mujer aun así me va siguiendo, todos saben que ella me espera siempre afuera, que a una cuadra de acá está en vigilia y no quiere que me maten o que ya no despierte, que llora cuando no vuelvo a casa y que a veces se queda feliz cuando le pego y les enseña a los niños a quererme y a temerme, yo soy el padre y tengo hambre, y no tengo dinero pero hoy me siento gigante y si alguna vez vuelvo háganme campito que se sufre mucho cuando no hay amigos en las peores circunstancias.